Diego, 19 años. Su novia, Verónica, poco más o menos.
Habían pasado la noche de fiesta. Fueron el 30 temprano a recoger a la madre de ella.
Después de una semana angustiosa, lo han llevado a enterrar a Ecuador, como a Carlos.
Su madre: "No es posible que alguien de 19 años, con tantos sueños, se haya ido... ¿No cree?"
Su hermana Carmen: "Era muy amiguero, le caía bien a todo el mundo".
Su padre: "Él estaba recién queriendo vivir y pasan estas cosas. Mil veces me hubiese ido yo que mi hijo".
Diego y Verónica habían dado la entrada para un piso en Getafe y debían firmar el contrato uno de estos días. Querían reunir a toda la familia en Madrid.
Un abrazo, con todo el respeto y afecto de que soy capaz, a la familia y amigos de Diego.
07 enero 2007
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