29 julio 2007

29 de julio de 1979

José Manuel Amaya Pérez
Dorotea Perting
Juan Luna Azol
Guadalupe Redondo Vián
Jesús Emilio Pérez Palma
Dionisio Rey Amez
José Manuel Juan Boix


Asesinados por ETA en Madrid.
Domingo. Triple atentado en las estaciones de Chamartín y Atocha y en el aeropuerto de Barajas. 13.01, consigna de equipajes de llegadas nacionales de Barajas; 13.11, taquillas automáticas de Chamartín; 13.15, oficina de facturación de coches-cama en Atocha.

Cuatro muertos en el acto: José Manuel, en Barajas; Dorotea, en Chamartín; Juan, y Guadalupe, en Atocha. Jesús murió el lunes, de madrugada. Otras dos víctimas fallecieron días después: Dionisio, marido de Guadalupe, el 2 de agosto; José Manuel Juan, el 18.

Hubo un aviso una hora antes a la agencia Euskadi Press: "ETA, organización armada para la revolución vasca, en su segunda fase de la operación, hoy, 29 de julio de 1979, entre las doce y las catorce horas harán explosión tres bombas en Madrid: en Barajas, Chamartin y Atocha."

Esa misma tarde ETA emitió un comunicado en el que acusaba al Gobierno de no haber actuado con la celeridad debida para desprestigiarlos.

José Manuel Amaya tenía 30 años. Era delegado del equipo de submarinistas de Tenerife.
Dorotea, de 20 años, aparece en algunas fuentes como danesa; en otras, como alemana.
Juan Luna, guardia civil retirado de 53 años, era de Jaén.
Guadalupe, de León, tenía 59 años. Dionisio, su marido, era policía nacional retirado. La hija de ambos, Carmen, también resultó gravemente herida aquel día.
José Manuel Juan era estudiante y atleta. Acababa de ganar el campeonato de España junior de 3000 metros lisos, había ganado el campeonato del mundo junior con el equipo de campo a través y había conseguido la marca necesaria para participar en el campeonato de Europa junior al aire libre. Desde 1980 se celebra en Zaragoza el Memorial José Manuel Juan Boix de Atletismo.

Sobre Chema Arconada, superviviente en Atocha, El Mundo publicó esto el 4 de febrero de 2007 con ocasión de la manifestación del Foro Ermua en Madrid:

«Se iba de vacaciones y se sentó sobre una bomba. Chema Arconada no puede volver a su Mondragón natal desde que su condición de víctima le hizo tomar conciencia de la necesidad de movilizarse para reinvicar sus derechos. Ahora vive en Palencia. El 29 de julio de 1979 tenía 20 años. Mientras esperaba el Talgo que le iba a llevar a Sevilla, una bomba de ETA explotó en la consigna de la estación de Atocha. Aquel día, la banda también atentó contra la estación de Chamartín y contra el aeropuerto de Barajas y causó seis muertos. Para Chema, lo peor es que no pudo volver a practicar su afición favorita: la espeleología.

«Cuando volví a Mondragón, me recibieron como si nada. Un daño colateral de su lucha», rememoró ayer. A juicio de Chema, ETA «ya sólo es una mafia, pero si quieres vivir bien allí, tienes que ser como ellos». Manifestó que «las víctimas somos gente independiente que quiere vivir en paz, pero también en libertad».

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29 de julio de 1985

Fausto Escrigas Estrada

Asesinado por ETA en Madrid.
A las nueve menos veinte de la mañana, frente al 57 de la calle Dulcinea, un individuo ametralló el coche oficial en el que Fausto viajaba. Fausto ingresó cadáver en la residencia sanitaria La Paz. Era vicealmirante, director general de Política de Defensa del Ministerio de Defensa y uno de los más directos colaboradores del ministro Narcís Serra. Fue enterrado en El Ferrol, su ciudad natal. Estaba casado.

A Francisco Marañón García, que conducía el coche, una bala le alcanzó el cerebro. Fue operado y su estado calificado de "crítico y gravísimo". Sobrevivió y es una de los protagonistas de Trece entre mil, el documental de Iñaki Arteta. También es una de las voces de Olvidados y de Testimonios de víctimas.

Hay que escucharle, verle y leer lo que dice. Aquí, sólo unos fragmentos de su testimonio en Olvidados, el libro de Arteta y Galletero a cuya lectura un día más animo:

"Y lo que digo yo, a los caballos de carreras cuando no sirven, cuando se han roto una pata, pum, un tiro y a dejar de sufrir. Así tendrían que hacer conmigo y adios a los dolores.
[...]
Era un 29 de julio de 1985, de eso me acuerdo perfectamente. Yo, como siempre, iba hablando con el almirante. Teníamos la costumbre de ir con la ventanilla bajada, pero él siempre sacaba el brazo y yo no hacía más que decirle: "Almirante, meta el brazo para dentro que un día viene un coche y se lo corta". "Anda, anda, cállate y no digas burradas", recuerdo que me dijo. Y llegamos al semáforo. Luego ya no recuerdo nada más que un "ta ta ta ta", "ta ta ta ta", durante años estuve escuchando el sonido de aquella metralleta.
[...]
Aquel día, creo que fue aquel día o uno de aquellos días, le dije al ayudante del almirante: "Le voy a pedir permiso al almirante para irme de vacaciones". "Espérate", me dijo, "le vas a llevar a Pontedeume, lo dejas, te vienes para acá y te vas con permiso. Ya te avisaré yo." Lo tenía todo para irme de permiso. Nos íbamos a ir en una roulotte que había comprado aquel año. No la llegué a estrenar.

De lo que áun me acuerdo con nitidez es de que mi mujer me había dicho: "A ver si esta noche vienes antes porque el nieto hace seis años". Mi mujer era muy golosa y había comprado una tarta enorme. Le dije: "No te apures que vendré a tiempo de celebrar el cumpleaños". ¡Qué seis años tuvo mi pobre nieto!
[...]
Yo ya no me enteré de nada hasta tres o cuatro meses después. No sé ni cuanto tiempo estuve en la UVI. El médico dijo que me quedaría ciego o tonto, pero se equivocó, aunque me tuvieron que enseñar de nuevo a hablar.
[...]
Cuando desperté y me enteré en la situación en la que me encontraba lo único que deseaba era morirme. Y el caso es que intenté tirarme por la ventana, pero como no podía andar tuve que utilizar una silla de estas y antes de alcanzar la ventana me caí. Me tuvieron que atar. Mi pobre mujer era la que peleaba conmigo.

Yo lloré mucho aquellos días y mi mujer lloraba conmigo. Nada me quita de la cabeza que la enfermedad que cogió ella en el pecho fue por los disgustos que tenía. Al final la operaron. [...] Murió el 11 de diciembre de 1987. El cáncer de mama se la llevó.
[...]
Ahora, por la mañana viene Betty y estoy acompañado por ella. Luego me acuesta y me quedo ahí. Los domingos no me levanto de la cama porque nadie me acuesta, no hay nadie para acostarme. Y sólo puedo esperar."

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29 de julio de 1985

Agustín Ruiz Fernández de Retana

Asesinado por ETA en Vitoria.
Agustín era subcomisario del Cuerpo Superior de Policía. Estaba destinado en las oficinas de expedición del DNI, en la comisaría de Vitoria. A eso de las nueve de la noche de aquel 29 de julio paseaba con unos amigos con los que salía frecuentemente de potes. Entre los números 9 y 11 de la calle Kutxa, bastante concurrida en ese momento, varios individuos se le acercaron por detrás; uno de ellos le disparó un tiro en la nuca.

Agustín era de Mendoza (Álava). Tenía 43 años y estaba soltero.
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29 de julio de 1994

Francisco Veguillas Elices
Joaquín Martín Moya
César García Contonente


Asesinados por ETA en Madrid.
A primera hora de la mañana en la plaza de Ramales, cerca de la de Oriente, un coche bomba activado a distancia acabó con las vidas de Francisco, Joaquín y César. Francisco, teniente general, era -como Fausto Escrigas nueve años antes- director de Política de Defensa y estrecho colaborador y amigo personal de Narcis Serra, ya entonces vicepresidente del Gobierno. Joaquín era su conductor. César trabajaba como tramoyista de Los Ballets de Madrid. La explosión le alcanzó de lleno mientras descargaba el atrezo de un ballet. Además hubo 20 personas heridas, cuatro de ellas graves; entre los heridos, los guardias civiles José Mellado y Rafael Bernal, escoltas del vehículo oficial. La explosión, muy violenta, afectó a 42 edificios. La mujer de Francisco la escuchó desde su casa, a sólo 200 metros de aquel horror.

Francisco tenía 68 años. César, sólo 24. No he podido encontrar ni la edad ni más información sobre Joaquín.
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29 de julio de 2000

Juan María Jáuregui Apalategui

Asesinado por ETA en Tolosa (Guipúzcoa).
Juan María había sido gobernador civil de Guipúzcoa con el último gobierno de Felipe González. Objetivo de ETA desde hacía tiempo, residía en Chile y había regresado a Tolosa para disfrutar de unas vacaciones. Mientras conversaba con su amigo Jaime Otamendi, director de informativos de la televisión vasca, dos terroristas se acercaron por detrás y le dispararon dos tiros en la nuca.

Juan María tenía 49 años. Estaba casado y era padre de una hija.
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Un abrazo a todas las familias.
Otro a Carmen, a Chema y al resto de los heridos de Madrid, años 1979 y 1994. Y uno más a Francisco, superviviente, con todo mi respeto, solidaridad y afecto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo también estaba allí hablando por teléfono en consigna. Desde entonces no he pensado en volver a Madrid. Que espere Aranjuez y sus jardines...