25 de noviembre de 1978.

Elías Elexpe Astondoa, taxista

Asesinado por ETA en Amorebieta (Vizcaya).
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25 de noviembre de 1985

Rafael Melchor García
José Manuel Ibarzábal Duque
Isidoro Díez Ratón

Asesinados en San Sebastián.
Rafael era cabo del ejército. José Manuel, soldado de reemplazo. Isidoro, guardia civil.

Isidoro, de 39 años, había nacido en Zamora, estaba casado y tenía cuatro hijos.
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Maite S. L. conoció a José Manuel y su familia. Ella ha escrito esta semblanza:

"Jose Manuel Ibarzabal Duque era un muchacho donostiarra, vecino de la parte Vieja, de familia muy humilde. Su padre pescador y su madre una maravillosa mujer que colaboraba en la parroquia cocinando para docenas de niños en las colonias que la iglesia del barrio tenía en Navarra. Tenía dos hermanos, Lurdes e Iñaki. Josema, como le llamábamos, había empezado a ir también a la mar y por ese motivo, por ser marinero, para cumplir el servicio militar fue destinado a la Comandancia de Marina de Pasajes. Y el día 25 de Noviembre de 1985, cogió un coche para incorporarse al trabajo con dos compañeros de la Comandancia, Rafael Melchor García e Isidoro Díez Ratón y fueron ametrallados en la carretera de entrada a Pasajes. Los tres resultaron muertos en el acto. La conmoción en el barrio fue impresionante, nunca antes había llegado tan cerca la barbarie asesina. A algunos (no demasiados) jóvenes de ese entorno se les abrieron los ojos al sentir tan cruelmente la injusticia. No haría falta decir que esa familia quedó marcada para siempre por la tragedia... pero aún hay más; Aún quedaban gentes sin corazón que durante años se han burlado sin piedad del dolor tremendo de esos padres y hermanos, hasta el punto que hartos de tanta canallada se han mudado a un barrio de la periferia, en el que no son tan conocidos.
José Ramón y Felisa, los padres, ya son jubilados y desde hace mas de 20 años les falta la razón de su vida.
Lurdes, la hermana, hoy casada vive en Asturias. Iñaki, el hermano, es marinero.
Y en el barrio nos ha faltado para siempre aquel chaval lleno de vida, estúpidamente asesinado en un crimen que nos llenó de dolor e impotencia.

Gracias, Maite. Primero, la muerte. Luego, la burla. Parece imposible.
Un abrazo a la familia de Josema que gracias a ti podemos nombrar: Felisa, José Ramón, Lurdes, Iñaki.
También a la de Isidoro: mujer y cuatro hijos.
Otro a las de Elías y Rafael, de los que sabemos tan poco.