14 enero 2007

14 de enero de 1980.

Francisco Moya Jiménez

Asesinado por ETA en Elorrio (Vizcaya).
Poco después de las tres de la tarde de aquel lunes, Francisco fue tiroteado por tres terroristas cerca de la casa cuartel de Elorrio. Su mujer, que volvía de la compra, encontró el cuerpo de Francisco, ya sin vida, tendido en el suelo.

Francisco, de 42 años, era de Alcaudete (Jaén) y tenía tres hijos.
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14 de enero de 1981

José Luis Oliva Hernández

Asesinado por ETA en Sodupe (Vizcaya).
José Luis era trabajador autónomo: reparaba persianas. ETA lo acusó de infiltrado.
Casado, con 31 años, había nacido en Santander.
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14 de enero de 1992

José Anseán Castro

Asesinado por ETA en Bilbao.
José era policía nacional. Llevaba doce años destinado en el País Vasco.
Casado y con un hijo, José era de Lugo. Tenía 38 años.
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14 de enero de 1994

José Santos Pico

Policía nacional, exponente del síndrome del norte.
Se suicidó en San Sebastián.

Su viuda, Eva Pato, es una de las voces de Olvidados:

"La situación en aquellos años finales de los setenta y principios de los ochenta era bastante tensa y muy conflictiva. Había muchísimos asesinatos y ellos, la Policía y la Guardia Civil, eran los principales objetivos. Pero éramos jóvenes y no teníamos miedo. (...) Al principio tanteabas mucho la situación hasta que te conocías bien. El segundo paso era cómo presentarlo a los amigos, a tu cuadrilla. No sabías cómo decir que tu novio, tu pareja, trabajaba en la policía. Pero después acabas comentándolo porque si has decidido unirte a él es con todas las consecuencias. Poco a poco vas perdiendo las amistades.
(...)
Los atentados últimos, los anteriores a su fallecimiento, le afectaron especialmente. Sobre todo el de la hija de un compañero. Su familia llevaba, al igual que nosotros, catorce años aquí. Mi marido y su padre se conocían mucho y las crías se habían conocido desde pequeñitas. Fue un golpe tremendo.

Él llevaba unos ocho o diez días raro, muy raro. Llegaba a casa y notabas que algo le pasaba, porque estaba muy triste, muy callado, pero no te comentaba nada. Fue al médico ese mismo día por la mañana. Yo, como estaba preocupada, llamé a la doctora que lo atendía con quien tenía mucha confianza: "Mira a ver si consigues que a ti te cuente algo, le dije, porque no sé lo que le pasa". La volvía a llamar después, cuando supuse que ya habría estado con él: "Yo también lo he visto muy raro y te aconsejo que lo lleves a un especialista porque no está bien. Pero no he conseguido que me cuente qué le pasa". Eso fue a las doce del mediodía, aproximadamente, del día trece. En la madrugada del catorce, a la una y cuarto, se pegó un tiro."


José y Eva. Tres hijos. Vivían en los alrededores de la casa cuartel del barrio donostiarra de Trintxerpe.
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Francisco, José Luis, José Anseán, José Santos.
Un abrazo a sus familias.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Francisco Moya, Jose Luis Oliva, Jose Anseán:
Sois nuestras víctimas. Las víctimas de la violencia que nos duele particularmente, la que se da en nuestro país y conocemos bien.
Nos dolemos por vuestras viudas y vuestros hijos. Pensamos en vuestros padres, vuestros amigos, vuestros hermanos.

José Santos:
También fuiste víctima de los mismos, aunque de un modo distinto.

Gracias, Eva, por tener voz.