22 enero 2007

22 de enero de 1993.

José Ramón Domínguez Burillo

Asesinado a tiros por ETA en San Sebastián.
Poco después de las siete y media de la mañana, José Ramón salía de casa para acudir a su trabajo, en la cárcel de Martutene. Dos individuos, frente al portal, le dispararon a quemarropa. Al escuchar los disparos, algunos vecinos se asomaron a la calle, pero no vieron entre los coches el cuerpo abatido de José Ramón. Pasaron unos veinte minutos hasta que fue descubierto por un niño de 10 años que iba al colegio.

En el lugar de los hechos Gregorio Ordóñez, concejal del PP, comentó con amargura que las propuestas de reinserción o de negociación con ETA "cargan las pistolas" de la banda armada. Señaló que la única alternativa es encarcelar a todos los terroristas y que lo demás, a la vista de la actitud de ETA, es seguir haciendo el ridículo". Dos años y un día más tarde, Gregorio fue asesinado.

José Ramón era psicólogo. Formaba parte del equipo de educadores de la prisión. Desempeñaba tareas de animador cultural y de asistencia a los reclusos con problemas. El director de la prisión de Martutene, Jaime Hernández, dijo de José Ramón que era "un hombre de temperamento bonachón", que desde que llegó a San Sebastián, en mayo de 1985, se mostró siempre preocupado por mejorar la vida de los reclusos. Negó que la
víctima hubiera tenido altercado alguno o amenazas, y dijo que el asesinato había consternado no sólo a sus compañeros, sino también a parte de los 280 presos de esa cárcel, 13 de los cuales eran miembros de ETA. Nada más conocer el crimen, las reclusas de Martutene organizaron una colecta para enviar una corona de flores al funeral del funcionario, celebrado al día siguiente en la parroquia de la Sagrada Familia de Burgos. Ese mediodía la prisión de Martutene guardó cinco minutos de silencio en señal de protesta.

José Ramon era de Burgos. Tenía 35 años.
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Un abrazo a la familia y amigos de José Ramón.
También a la de Gregorio. Otro a ese niño de 10 años, hoy 24, testigo del horror.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jose Ramón Domínguez:
Conmueve la historia de tu muerte. También imaginar tu vida sabiendo lo que te habían preparado.
Siempre estarás, junto con todas las víctimas del terrorismo, en el recuerdo de los que vivimos.

Un pensamiento para el terror de aquel niño que se encontró de cara con la violencia, de repente.