04 octubre 2007

4 de octubre de 1976.

Juan María Araluce Villar
José María Elicegui Díez
Alfredo García González
Antonio Palomo Pérez
Luis Francisco Sanz Flores

Asesinados por ETA en San Sebastián.

«Acabábamos de empezar a comer cuando oímos varios tiros; nos abalanzamos a la ventana y vimos en la acera, al borde del coche, el cuerpo ensangrentado de mi padre. Dos de mis hermanos bajaron inmediatamente a la calle, mientras los demás atendíamos a mi madre»

Así lo vivió el hijo mayor de Juan María, tocayo suyo. Su padre era presidente de la Diputación de Guipúzcoa y en ese momento regresaba a casa a comer. Junto a él también fue asesinado José María, el conductor de su coche oficial, y Alfredo, Antonio y Luis Francisco, conductor y subinspectores de policía que viajaban en el coche de escolta. Estos tres últimos fueron trasladados al Hospital Provincial, pero no llegaron vivos. Uno de los hijos de Juan María llevó el coche con su padre y el conductor heridos a la residencia sanitaria Nuestra Señora de Aránzazu. Su padre murió al cabo de una hora; José María, por la noche.

Juan María, José María, Alfredo, Antonio, Luis Francisco.
59, 25, 29, 24 y 25 años, respectivamente.
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4 de octubre de 1980

José Luis Vázquez Platas
Avelino Palma Brida
Ángel Prado Mella

Asesinados por ETA en Salvatierra (Álava).
José Luis, Avelino y Ángel eran guardias civiles de la Agrupación de Tráfico. Aquel sábado, a las cuatro y diez de la tarde, debían abrir la marcha con sus motos en la vuelta ciclista organizada con ocasión de las fiestas patronales. Cuatro terroristas salieron de entre el público y dispararon contra ellos.

José Luis, de 32 años, era de Coiros (La Coruña). Estaba casado; su mujer y él esperaban un hijo.
Avelino era de Olivenza (Badajoz). Casado y a punto de cumplir 30, era padre de dos hijos de 2 y 3 años. Llevaba poco más de un mes destinado en el País Vasco.
Ángel, de 27, había nacido en Sobrado de los Monjes (La Coruña).
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Un abrazo a sus familias.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Juan María, Jose María, Alfredo, Antonio, Luis Francisco:
Con vosotros se recuerda la infamia, pero vuestros nombres son dulces.
Un recuerdo afectuoso para las viudas, para los hijos. Para vuestros padres y hermanos.

Jose Luis, Avelino, Ángel:
Os mataron para herirnos a todos.
Un recuerdo y un fuerte abrazo para vuestras familias.
Un pensamiento para los hijos que Ángel no llegó a tener.